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Error Fatal: No Usar AIDA en tu Estrategia de Marketing

Error Fatal: No Usar AIDA en tu Estrategia de Marketing

Si estás creando contenido sin una estrategia clara para captar la atención de tus clientes, existe un gran riesgo de que tus esfuerzos se pierdan en el ruido del marketing digital. Un error común y crítico es no utilizar AIDA, una estructura fundamental que organiza cada pieza de tu contenido de forma que guíe al lector desde el primer impacto hasta la acción final.

La estructura AIDA (Atención, Interés, Deseo y Acción) es la columna vertebral de un buen copy y puede hacer la diferencia entre una campaña que simplemente se lanza al público y una que realmente convierte. Vamos a repasar el por qué de cada etapa y cómo usarla en tu estrategia de marketing:

  1. Atención: Hoy en día, captar la atención de tu audiencia es el primer reto, ya que las personas están expuestas a miles de estímulos. Usar AIDA te asegura que tu mensaje resalte desde el primer instante, utilizando un título potente, una pregunta intrigante o una afirmación audaz que detenga a tu audiencia y les haga querer saber más.

  2. Interés: Una vez captada la atención, el siguiente paso es mantenerla. En esta fase, AIDA te ayuda a conectar emocionalmente con tus lectores, resaltando un problema o necesidad relevante que hace que el contenido sea realmente importante para ellos. Acá podés aprovechar para mostrar un beneficio clave o una solución única que solo vos ofreces.

  3. Deseo: Después de despertar el interés, es crucial generar el deseo. Este es el momento de resaltar las ventajas, beneficios específicos o características únicas de tu producto o servicio, mostrando al cliente por qué lo necesita. En este punto, AIDA te guía para construir ese sentimiento de "lo quiero ahora".

  4. Acción: Finalmente, el cierre que no debe faltar. ¿Qué querés que haga tu cliente? Con AIDA, el proceso culmina en un llamado a la acción claro y específico, ya sea realizar una compra, registrarse o suscribirse. Sin esta parte, tu estrategia queda incompleta y el esfuerzo se pierde, ya que el cliente no sabe qué hacer a continuación.

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